Verde, un color que deja huella
Los verdes mayores experimentan sensaciones táctiles con los...
Verde, un color que deja huella
- Los verdes mayores experimentan sensaciones táctiles con los talleres de pintura de dedo, esparciendo este elemento en formas caprichosas y aprendiendo a identificar sus huellas
El color de la tranquilidad, de la naturaleza y, por supuesto, del aula de los niños de uno a dos años de El Globo Rojo. Para estos pequeños, el taller de pintura de dedo se convierte en toda una experiencia cuando Nuria y Mª José les piden que se acerquen cuidadosamente a la mesa. Los pegotes de este creativo color se van sucediendo por el mantel blanco, esperando a que unas manitas experimenten con ellos.
Al principio la sensación es fría, pero luego se torna más y más agradable, conforme se extiende por el papel. Y lo mejor es que los dedos pueden darle la forma que quieran, extendiendo formas caprichosas del color que representa a estos niños, los verdes mayores. En mitad del taller, es curioso comprobar cómo las interacciones son frecuentes, no sólo con sus propias manitas, sino con las de sus compañeros, mirándose asombrados y estimulados por las marcas que deja tras de sí la pintura, sus propias huellas, siendo conscientes de ellas, muchos de ellos, por primera vez.
Con el objetivo de que los niños experimenten con sensaciones táctiles, la pintura de dedo es un taller muy habitual en el aula de los pequeños, que disfrutan pintando con las manos, siempre y cuando aprendan que hay que lavarse después y dejarlo todo recogido.