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- Un grupo de padres y madres del aula de 4 años nos muestra la importancia de tener amigos frente a la banalidad de tener cosas en un Cuenta Cuentos lleno de sensibilidad. Los colores protagonizan la historia de una mariposa que busca algo que ha perdido, y tratará de encontrarlo con ayuda de distintos animales y canciones.
Los colores se apoderan de El Globo Rojo un viernes por la tarde. Se trata de las familias del aula de 4 años, quienes son los encargados esta vez de transportar la imaginación de los niños a mundos de fantasía con sus palabras, sus canciones, sus disfraces y, sobre todo, sus colores. Un afable narrador— Pablo Chacón— nos cuenta la aventura de una triste mariposa— Regina Pacho— pues ha perdido un color de una de sus alas. En su busca, se topará con diferentes animales: un cuervo— Belén Gómez —modesto, se conforma con el tono negro de sus plumas; a la señora cocodrilo— María José Martín— no le importa ir solo de verde, mientras conserve la sonrisa; sucede lo mismo con la blanca e impertinente oveja— Evangelina Vinós— solo dedicada a ella misma.
Pasando por un zoo, conoce distintos tipos de animales que visten solo de un color, como el elefante— Analía García— y el murciélago— Isabel Rodríguez—, así como otros que llevan la combinación de moda blanco-negro, como la cebra— Elena Periáñez— el oso panda y el pingüino. Más adelante, conoce al impresionante pavo real— Cecilia Tosar— nutrido de tonalidades azules y verdosas. Un animal engreído, presumido y, por supuesto, no dispuesto a compartir ninguna de ellas con la mariposa. Cada encuentro hace sentirse poco a poco peor a este bello insecto alado, vivo de colores como la primavera, pues nadie puede ayudarle a encontrar el color que ha perdido. ¿Será eso lo que de verdad le falta?
En la frenética busca del color perdido por parte de la mariposa, que ya contaba con cientos de ellos, se topa finalmente con la polilla— Ana Ingelmo— más discreta pero no menos bella, que lleva el color azul, tan ansiado trofeo para la mariposa, pegado accidentalmente en su frente. “Llevo todo el día buscando algo que no necesito”. Tras estas palabras, la mariposa y la polilla marchan juntas de la mano y cantan la última canción al entusiasmado público infantil junto con el resto de animales.
La música, parte importante del Cuenta Cuentos, estuvo presente en cada uno de los actos del mismo. Una canción por animal descubierto motivaba a los niños y redondeó por completo la interpretación de los padres. Música que formaba parte del repertorio tradicional infantil, que todos conocemos, y que proporcionó un extraordinario ingrediente de sensibilidad a la obra.
Con este cuento, los niños disfrutaron observando los elaborados disfraces, las animadas canciones y las divertidas escenas que sus padres protagonizaron. Así, pudieron conservar la principal enseñanza que, en este caso, los adultos queremos transmitir a los futuros hombres y mujeres. Saborear las tonalidades de la vida; aprender qué es lo importante a nuestro alrededor; y, por último, elegir correctamente los colores con que dibujarán su mundo.
Este Cuenta Cuentos de familias ha sido un ejemplo más de cómo queremos que los padres y madres se impliquen en las actividades del Centro. Un lujo de actividad por la que el equipo del Globo Rojo se siente enormemente agradecido.
Laura Marcos
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