RECONOCIMIENTO A LA CALIDAD: El programa de Calidad La Magia de Sentir y Pensar galardonado por la Junta

“Estamos educando  las habilidades emocionales mediante las actitudes, el clima del aula y los modos de interactuar”

El Centro de Educación Infantil El Globo Rojo, recompensado por la Consejería de Educación de la Junta de Castilla y León con el premio de Calidad, por tercera vez, por su esfuerzo y dedicación a la labor, esta vez, de trabajar con las emociones. El resultado del Programa de Inteligencia Emocional ha sido una confirmación de que optar por el trabajo desde las emociones  es ir por buen camino y que profundizar en esta opción no solo es bueno,  sino justo y necesario.
Este plan de calidad consiste principalmente en crear un ambiente en la escuela donde haya capacidad de cambio, de deseo de novedades y abierto a sentir todas las vivencias que nos aportan los niños, que son los auténticos protagonistas. “Hay que dar tiempo a que los afectos, las emociones vayan funcionando, entremezclándose, uniéndose. En realidad, se trata de educar  las habilidades emocionales mediante las actitudes, el clima del centro y el aula y los modos de interactuar”.

Educar con Inteligencia Emocional: un reto para el profesorado

Desde luego, trabajar con inteligencia emocional es todo un reto. Pero no tanto porque se necesiten condiciones materiales especiales, sino porque supone ante todo un enfoque diferente, nuevo, un cambio de actitud por  parte del  adulto, maestro o educador. Este plan de calidad, trabajado desde las emociones, ha ayudado también a las educadoras y profesoras a ver la necesidad de afrontar el día a día con los niños desde diferentes perspectivas. Ha abierto un campo más para buscar soluciones propias desde las emociones. En él, el adulto ha de observar al niño, qué le interesa realmente y engancharse con su pensamiento.
 

Influencia y resultados a nivel familiar

El profesorado del Centro, se ha mostrado  colaborador en cuanto a la participación en el proceso. En el centro han mejorado las dinámicas de relación social entre los niños, se han vuelto más solidarios, más tolerantes con los demás y son capaces de expresar sentimientos y emociones. Hemos observado cómo han aprendido a ser capaces para salir airosos de situaciones que antes contemplan como difíciles, se sienten  más seguros e intentan resolverlas, prestando atención a lo que se dicen a sí mismos, lo que les impulsa a tener un mejor auto concepto de sí mismos.
Además las familias, participes de esta aventura, colaboraron activamente en las dinámicas ya que son padres y madres muy interesados en la educación de sus hijos.  Los niños en casa hablaban sobre lo trabajado y sus familias se han sorprendido sobre los cambios en las conductas de algunos niños, en la capacidad de empatía, o en el afecto que ahora demuestran en sus casas. La participación en este tipo de actividades hace que las familias se vuelvan más abiertas y comunicativas; les influye positivamente, crecen en valores sociales, se implican en las actividades de sus hijos… lo que seguro influirá en mejorar las relaciones de comunicación con ello.

“Con el ánimo puesto donde haga falta para averiguar lo que queremos con nuestros niños,  y con el deseo en plena ebullición. ¡¡Seguiremos!!”