El momento del comedor escolar es una ocasión para aprender habilidades sociales, como comer...
- El momento del comedor escolar es una ocasión para aprender habilidades sociales, como comer solos, el aseo, y ayudar a nuestros compañeros
- Los niños de cinco años suelen echar una mano a los más pequeños, de tres, para terminar la comida a tiempo
A la hora de la comida, los niños están expuestos a cantidad de estímulos: perciben los olores diversos que les recuerdan las comidas más conocidas, las que más les gustan, prueban los alimentos de sabor, de temperatura, observan el color determinado, cuentan la cantidad correspondiente, si me ha tocado chorizo, las albóndigas que tengo, cuatro croquetas, aprenden a “medir la capacidad de ser llenados” que tienen sus estómagos, lo que les agrada y lo que no….
En El Globo Rojo, siempre buscando la autonomía de los niños, cuando llegan las dos se coloca el mantel sobre la mesa, que se rompe más de una vez, y los que se quedan se sientan en grupo, cada uno con su cubierto y su cuenco dispuestos a recibir el primer plato. Hoy toca puré calentito y apetece ya que llegan los primeros fríos y sienta genial al estómago.
Verles en esta perspectiva cada día, permite que observemos cómo se enriquecen cada día en esta situación compartida, que supone comer con los amigos. Así, los mayores de cinco años suelen ser los primeros en terminar. Cada niño de los mayores que va acabando ayuda a los más pequeños a terminar el segundo plato y el postre que si es fruta se suele hacer más lento.
Algunos niños demuestran una sensibilidad muy grande en el trato a sus compañeros. Es realmente impresionante ver como un niño de cinco años le da de comer a uno de tres, la ternura , la paciencia, las palabras de apoyo que le ofrecen para animarle a terminar el plato. En otros casos la demanda a la maestra o a la educadora es insistente: ¡no quiere comer, no hay forma ¡ y cuando miras ves la cara de esfuerzo del que ayuda y la de frustración del otro todo manchado de comida en el afán de evadir la cuchara cuando se le acerca.
Luego llega el momento del aseo, coger la bolsa de aseo y acercarse al baño para lavarse los dientes y asearse, es otro momento muy importante, ya que hay que manejar la bolsa de aseo con todas sus pertenencias, cepillo, pasta de dientes, toalla de aseo, para después de efectuado este aseo, volver a dejarla en su lugar ordenada.
Toda una aventura en la que se aprende mucho, no solo habilidades sociales y de autonomía sino además el enriquecimiento que supone el dominio de distintas situaciones en el espacio físico, el conocimiento social, y el lenguaje, compartir el momento de la comida con los demás, el sitio en el comedor, en la mesa al lado de mi amigo aunque esté prácticamente pegado a él, la conversación, respetar el espacio y el ritmo del otro.