Las caricias de mi educadora son de color azul

Las caricias de mi educadora son de color azul

lunes 21 de enero, 2013

Las caricias de mi educadora son de color azul

Sesión de relajación después de la actividad psicomotriz

El grupo de alumnos Amarillos, de 2 a 3 años, han disfrutado hoy de una atrayente sesi&oacut...
  • El grupo de alumnos Amarillos, de 2 a 3 años, han disfrutado hoy de una atrayente sesión de relajación y actividades muy divertidas de Psicomotricidad, con el color azul como elemento de motivación
  • El Globo Rojo utiliza para el aprendizaje de sus alumnos técnicas naturales y vivenciadas de expresión corporal, plástica, musical, de juego y movimiento… como recursos para adquirir de una forma lúdica y divertida los conceptos básicos propios de estas edades.

En estas sesiones programadas por las educadoras, la Sala de Psicomotricidad se transforma en un espacio vivo, lleno de objetos y de posibilidades de juego, donde los niños aprenden a darle significado simbólico y a desarrollar su pensamiento creativo: con los módulos construyen casas, las picas son caballos, las telas son alfombras voladoras, los aros coches, las cuerdas puentes colgantes… Experimentan con balones que botan, aros que ruedan, globos que flotan,  o hacen equilibrio con los saquitos,.. o simplemente observan… y todo ello termina con una completa vivencia del cuerpo disfrutando de la música en una sesión de relajación con caricias de la educadora.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Una bonita propuesta educativa para descubrir el color, las formas, los tamaños, las posibilidades de movimiento del cuerpo, la relación con los demás niños, o cualquier otro contenido que se quiera proponer, donde el juego y el disfrute tienen como base una relación de confianza y de afecto mutuo entre educadora y alumnos.

La dinámica que hoy presentamos se desarrolla en la Sala de Psicomotricidad repleta de objetos azules como un inmenso mar, que empieza tras la consigna de la educadora ¡Listos preparados! ¡Ya!

Los más intrépidos corren hacia el tumulto de objetos como si de la toma de un fuerte se tratara para hacerse con el bastión más alto. Cada niño explota las posibilidades de los objetos según su imaginación. Los churros de plástico sirven de brazos extensibles para alcanzar el techo, o para contactar con el otro. Las cintas pueden ser coronas, los aros casas o coches… y las telas… las telas ofrecen muchas posibilidades de acción: disfrazarse, esconderse, taparse, transportar objetos, etc. Pero lo que más les divierte es hacerse arrastrar por el adulto, por el suelo, como si de un barco se tratara.

En general suele ser un juego muy dinámico y alegre, de caídas voluntarias, volteretas, exploración con los objetos, y lo que más gusta son los lazos de unión con la educadora, la mirada, el contacto, las cosquillas, las caricias, los abrazos, en definitiva la confianza, y la seguridad que le transmite.

Una Experiencia Pedagógica con mayúsculas, que se nutre de la riqueza de la vivencia de los niños mediante el juego corporal y una eclosión de emociones, que termina con una actividad plástica para plasmar sobre el papel, expresando aquello que han vivido y experimentado.

View all Get your own

View all Get your own